domingo, 27 de abril de 2008

Los 7 Magníficos: Cómic Occidental, (1) Frank Miller

Cómo no empezar por uno de los autores más mediáticos (y, a la vez más queridos) de nuestra selección de autores del cómic occidental, Frank Miller.

Estoy segurísimo que la mayoría de vosotros conocéis su obra pese a no haber tocado ni uno solo de sus cómics. Y es que la trayectoria cinematográfica de Miller es enorme. Es el autor de las obras en las que se basaron películas como Batman Begins, Sin City, 300...

Y es que el prolífico autor estadounidense no se ha conformado con escribir y dibujar la mayoría de sus cómics (ha confiado en dibujantes de la talla de Dave Gibbons para algúnos títulos) sino que se ha metido de lleno en el mundo del cine guionizando, dirigiendo, produciendo e incluso actuando en las adaptaciones de sus obras y las de sus amigos.

Pero aquí lo que hemos venido a hablar es de su faceta de autor de cómic y de sus obras más importantes e influyentes.

Lo priemo decir que Frank Miller es duro. Sus diálogos son mordaces y parecen sacados de la calle. Frases cortas y directas. Vueltas sobre una idea o metáfora y muchísima psicología. FM es uno de los autores que más se adentra en la psicología de sus personajes dotándolos de dimensiones propias y definidas. Es muy difícil encontrar personajes de cierta importancia en las novelas de Frank que sean planos. Siempre tendremos una evolución y una introspección importante sobre cada uno de personajes.

En este aspecto es genial ver como Frank juega con todos los elementos de que dispone para recrear una atmósfera propia a cada personaje. No solo hablamos de guión, sino de ritmo. Hablamos de grosor de trazo. Hablamos de plano. De disposición de viñetas. Hablamos de aliteraciones y de metáforas. Incluso el color de los bocadillos se convierte en un instrumento en las manos de Frank. Un gustazo.

El dibujo es irregular. Capaz de la mejor precisión técnica y de las viñetas más descuidadas. Todo depende de lo que se quiera transmitir en el momento. Siempre he dicho que Frank Miller es el Goya del comic. Es capaz de, independientemente de lo que se diga en las viñetas, transmitir los pensamientos de los personajes con sencillos trazos.

Ojos bien definidos y delatores de los estados de ánimo. Unas manos enormes que denotan poder, autoridad, masculinidad. Los dibujos de Frank derrochan testosterona por los cuatro costados. Mujeres esculturales, de poses sensuales y labios carnosos. Héroes altísimos, Apolos de formidable musculatura y movimientos fluidos. Villanos temibles, disfrazados de temibles deformidades o de las peores "femmes fatales" jamás creadas.

No hace cuadros de sus viñetas porque no le hace falta. No es su estilo. Su estilo es hacerte saber en menos de un segundo lo que piensa cada uno, hacerte sentir lo que siente cada personaje y meterte dentro de la trama aunque, a priori, pudiera parecer demasiado simple o bizarra como para ser buena.

Repasemos algunas de sus obras más influyentes:

Ronin.

La historia de un samurai sin señor que, por un maleficio de un demonio, termina en una época que no es la suya (un Nueva York post-apocalíptico) y en un cuerpo que no le pertenece (el de un telequinético que carece de extremidades). Toma ya.

Este cuento de honor y venganza es toda una declaración de intenciones para un joven autor (contaba con 26 añitos) que, aunque ya apuntaba maneras, no era nadie en el mundo del cómic.

Es difícil hablar de Ronin sin desvelar detalles de la trama, pero procuraré hacerlo lo mejor que pueda.

En Ronin tenemos a guerreros samurai, tenemos demonios multiformes, tenemos super-computadores, tenemos damas guerreras al más puro estilo Frank Miller, tenemos acción... Pero también tenemos crítica a la sociedad estadounidense. Tenemos una visión aterradora de lo que las macro-compañías y los intereses pueden hacerle al mundo. Tenemos unos dibujos que reflejan una influencia de uno de los maestros, Jean Giraud Moebius. Tenemos una historia con giros argumentales y en lo que nada es lo que parece.

Una maravilla aunque, quizá por culpa de las posteriores obras del autor, no ha sido tratada por el tiempo todo lo bien que tenía que haber sido. ¿Es lo mejor de Frank? No. ¿Es una gran novela gráfica? Sí, rotundamente.


Batman: The Dark Knight Returns.

Aquí sí que me pongo serio. Muy serio.

Hay quien discute sobre si Batman: TDKR es la mejor obra de Frank Miler y hay quien discute sobre si es la mejor novela gráfica de la historia.

Yo no me atrevería a asegurar lo segundo, puesto que hay mucho salvaje por ahí suelto (como veremos en las próximas entregas de "L7M: Cómic Occidental"), pero casi que puedo asegurar lo primero.

Se trata sin lugar a dudas de la mejor historia de el mejor héroe de la historia del cómic mi héroe de cómic favorito.

En ella Frank Miller sentó las bases de la novela gráfica actual, honor que, a mi juicio, comparte con otra grandísima obra de la que hablaré en artículos futuros.

De cualquier forma, este Batman supone un golpe encima de la mesa. Una reivindicación de que el cómic no era cosa exclusiva de niños inadaptados en tardes lluviosas. Una manera de decir que uno puede llevar unas mallas ridículas y tener los auténticos cojones de piedra al mismo tiempo y sin despeinarse.

En ella se nos presenta a un enorme Bruce Wayne que ya está retirado. Cincuenta y cinco años a sus espaldas, diez con la capa colgada, muchas canas en su cabeza pero la misma repulsión por el crimen. Un Bruce Wayne que, apartado de las calles, solo busca una buena forma de morir. Una rúbrica a una carrera en la que el odio, la sangre y la mala prensa empañan todo el honor y sacrificio desempeñado.

Es espeluznante comprobar como Frank Miller dibuja una sociedad super decadente y ultraviolenta. Una visión de un futuro en el que el presidente de los Estados Unidos es un payaso, las bandas campan con impunidad en las calles, la presión mediática (hilo conductor de la historia) es omnipresente y en el que el único capaz de plantar cara a toda la decadencia es considerado una amenaza estatal.

Frank Miller pone de vuelta y media con esta novela a los psicólogos, los showman, la policía, los políticos, las televisiones y al mismísimo gobierno sin despeinarse. Además tenemos una narración que nos cuenta, sin tapujos, las crueldades y miserias de un héroe como Bátman. Podremos adentrarnos en la psique de personajes tan enormes como son Dos Caras, Joker y el mismísimo Superman...

Me es imposible hablar con objetividad de esta obra, maldita sea, compradla pero ya!!


Sin City.

Y después de haber demostrado que es el Puto Amo de la novela gráfica el muchacho se marcha a Dark Horse con la promesa de que le van a dejar hacer lo que quiera.

Y vaya si lo hizo. De esta época tenemos una de las sagas de cómics más influyentes de los últimos tiempos. La visión particular de Frank Miller de los bajos fondos, la marginalidad, el cine negro y las miserias humanas. La magnífica, aterradora, impactante y transgresora Sin City.

Sin City, ciudad del pecado. Toda una colección de antihéroes y damiselas esculturales impregnada en alcohol y música country. Con estas novelas Frank Miller nos hace ver que puede haber mucho color en lo blanco y negro. Una crueldad en alto contraste cargada de personajes de dudosa moralidad y un alto sentido del honor. Maldita sea, cualquiera es capaz de lo mejor y de lo peor en Sin City.

Como siempre Frank Miller le da fuerte y flojo a todo lo que se mueve con sus obras. En esa no se libran ni la policía corrupta, ni los mafiosos, ni la iglesia, ni los políticos ni nadie.

Pero, aparte de todo lo dicho, en Sin City hay otra cosa más. La narración una y otra vez repetida de que, no importa quien seas, si grande o pequeño, si hombre o mujer. No importa tu pasado, si bueno o malo, si derecho o torcido. No importa lo que hayas hecho, si grave o leve, si transcendente o vano. No importa nada, siempre se tiene la oportunidad e enmendar todo lo torcido, de salvar o vengar a aquello que te importe y de morir con honor.

Sin City es como el café negro. Amargo de cojones pero que crea adicción.


300.

Y llegamos a la obra más mediática de Frank en los últimos tiempos. Gran parte de la culpa la tiene Zack Snyder, por su maravillosa adaptación a la pantalla grande, pero no se puede olvidar uno de los orígenes.

Y los orígenes están en una película llamada "El León de Esparta", narración cinematográfica de 1962 sobre la batalla de las Termópilas. Tanto le gustó esta película a Frank Miller que, años más tarde, decidió relatar su versión de la mejor manera que sabía hacerla: como novela gráfica.

300 es, tal y como pasó posteriormente con su adaptación de cine, un espectáculo visual más que otra cosa. Desde el principio nos vemos deslumbrados por los colores (obra de Lynn Varley, mujer de Frank Miller) y por la elección del autor de presentar la obra en formato panorámico.

Un relato épico y vibrante que se deja de tonterías y va a dar caña de lomo por los cuatro costados. Ciertamente es una de las obras con mejor ritmo de las que he leído en muchísimo tiempo.

Pero lo más importante es la vuelta de Frank Miller a su temática recurrente: "no importa lo que piensen los demás, no importa vivir o morir, si se puede hacer algo bueno lo haré hasta las últimas consecuencias". Si hacemos recuento, esta es la espina dorsal de toda la obra de FM como novelista gráfico. Otro imprescindible para la estantería de cualquier friki que se precie.


Y hasta aquí hemos llegado. No podría despedirme sin decir que Frank Miller es, además de todo lo dicho, el creador de Elektra y Martha Washington, el (posiblemente) mejor guionista de los que han trabajado en Daredevil y que también son suyas obras como "Give me Liberty", "The Big Guy and Rusty the Boy Robot" y "Hard Boiled".


Toda la información ha sido extraida de sus propios cómics, Wikipedia y mis opiniones personales. Dejen un comentario directamente si notan alguna incorrección en los datos presentados (o si quieren comentar algo, claro).

Nos vemos en el número dos de "Los 7 Magníficos: Cómic Occidental".

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Gran articulo para un gran autor. Quizas he echado de menos un comentario sobre Elektra Lives Again y se han omitido las peores epocas (Ese Contraataque del Señor de la Noche...)pero aun así, muy interesante. Un saludo ;)

José Antonio Gil dijo...

De Elektra Lives Again no puedo hablar porque no lo he leído (como tampoco he leído el Batman Año Uno).

De El Contraataque del Señor de la Noche no hablo porque he preferido referirme a aquello que hace de Miller un autor imprescindible. De todas maneras, no me parece un mal cómic. Si se toma más como una aventura de la liga de la justicia que de Batman no está tan mal. Aunque de todas maneras sí que es cierto que no "gira" con la misma calidad que las obras citadas en el artículo. Tal vez, lo único realmente destacable sean los colores de Lynn Varley, de obra maestra total.

Por cierto, me he leído Hard Boiled y me ha gustado. Uno de los cómics más burros que he leído en mucho tiempo, amén de ser una buena idea en cuanto a argumento y de tener un final fuera de lo común.

Me alegro de que te haya gustado el artículo.

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