Saga de la fractura

Abrimos new etiqueta en YO, FRIKI, literatura. No podemos seguir una sola senda porque cada uno es friki de lo suyo y aquí se intenta aunar todos los posibles. Por ello habemos varios redactores cada uno con sus propias inquietudes que quedan aquí plasmadas para el dominio público (ya que este dominio de momento es gratuito). Para los que les gustan nuestras intenciones, me alegro mucho se intentará seguir por ahí; para los que les decepciona o no les gusta tanto, a ver, esto es lo que tenemos, una islilla pequeña en un universo enorme que crece exponencialmente. Nosotros granito a granito haremos más grande nuestra isla y ¿quién sabe? quizás en un futuro le pongamos hasta palmeras y algún que otro avión estrellado a lo Atocha (nota: esto es por la publicidad que se hizo de perdidos en la estación y no por el trágico incidente ocurrido). Muchas gracias por las lecturas y opiniones.

Cambiando de tema nos vamos a lo que inicialmente iba a escribir. Se trata del último libro que me leí, o últimos. Son los dos primeros de la susodicha saga, escrita por Raymon E. Feist. Lo que cayó en mis manos han sido dos libros que se componen cada uno de dos libros. Los dos primeros son Mago: aprendiz y el otro Mago: maestro.

Es mu chungo leerse las cosas en dos libros, porque aunque no me gustan los spoilers siempre hay que leerse la contraportada para ver de que va más o menos el libro. El caso es que en la contraportada del libro ¿qué te ponen? ¿el resumen del primer o del segundo libro del que se componen? No lo sé, la verdad, porque te cuenta cosas que no llegan a pasar hasta las 350 páginas de las 50 que se compone la edición por mí leida.

Habla sobre una lucha entre dos mundos que no comienza hasta el segundo libro. Y de un mago que no es el protagonista que no aparece hasta las 300 páginas. Pero bueno, se supone que dos libros en uno es más barato que los dos por separado. Además este libro según leí en los agradecimientos iniciales tiene bastantes ediciones y han extendido la historia un poco más.

Resumencillo sin demasiados spoilers:
La historia va de un chico joven huerfano, Pug, que vive en un castillo del Duque Borric, primo del rey. Como en muchos casos el niño en cuestión es un paná pero para que la lectura se haga interesante, la vida del protagonista también lo hace. Pug conoce al mago Kulgan, el cual se hace cargo del chico como su aprendiz. Se lleva meses con él entrenando, pero lo único que consigue es concentrarse, ya que de lanzar hechizos sencillos es incapaz.

Tras unos cuantos momentos intensos y un par de escarceos con la hija del duque, Pug y otros personajes se van de viaje para cruzar el reino para hablar con el rey, ya que han visto movimientos de unos seres que no pertenecen a Midkemia(su mundo). Esto es un poco extraño ya que los meses que dura el viaje son bastante lentos con muchas aventuras, mientras que después los años pasan como el que viaja con Doc Brown. En el primer libro la trama dura unos 6 meses, mientras que el segundo, de la misma longitud, llegan a pasar casi 10 años.

La guerra comienza finalmente entre los dos mundos, Midkemia y Kelewan, los visitantes viene a través de una fractura hecha por los magos de Kelewan (increiblemente poderosos) que cruza el espacio y el tiempo. Los invansores lo que buscan es metal, ya que en su mundo prácticamente no hay.

Una de las cosas que cuenta la contraportada también es la supuesta ayuda que hace a los invadidos el mago Macros, cosa que no ocurre aproximadamente 500 páginas, pero es quizás el único fallillo que le veo, que cuentan las cosas del segundo libro más que del primero.

En sí el libro está interesante, no te llegas a aburrir, aunque hay una parte en la que se cuenta la historia del mundo Kelewan que es más pesao que una vaca en brazos con un collar de melones bailando un tango.

El segundo libro ya cambian los protagonistas no centrándose simplemente en Pug, sino que se salta a tres e incluso cuatro tramas distintas que ocurren en ambos mundos (esto no es spoiler porque al abrir el libro te encuentras dos mapas, uno de cada mundo). Lo malo es que la intensidad del libro la guarda el autor para las últimas 50 páginas, mientras que hasta ahí hay historias varias que pueden considerarse de relleno hasta el apoteósico final.

Lectura muy recomendada para los que, como a mí, les gusta mucho la fantasía y la scifi. No decepciona.