No funcionó.
Tenía el cuchillo, afilado.
Espere un descuido, le cogí del cuello.
Le arranque la 'ropa', convulsionaba con cada tirón. Me latían las sienes.
Un corte en el cuello. Noté como desgarraba su piel...
Me salpico sangre en la boca. Asqueroso. Afloje la mano y se me escapo. Empezó a correr, desangrándose.
Tenía que ponerle fin. Pude agarrarlo con fuerza. Poseído por la locura lo destripé, seguí los pasos, pero las prisas no son buenas.
Llegaron, inevitable,era la hora. Vieron el resultado de mis actos, asco en sus rostros. La próxima vez el pavo será pre-cocinado.
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